¿Es posible cambiar a otra persona?
4 claves para ayudar a alguien que no quiere ser ayudado
Sumario
¿Alguna vez has querido ayudar a alguien, a un familiar, una pareja, un amigo, pero la cosa ha salido mal? Este es un tema que causa muchas discusiones y malos rollos, por eso te voy a dar cuatro claves para saber qué hacer cuando tengas la necesidad de cambiar a otra persona.
Tú no puedes ayudar o cambiar a nadie que no te haya pedido ayuda antes. Y si lo haces, lo único que vas a conseguir es perder tu energía y que le hagas perder su energía a esa persona, además de enfadarte tú y enfadarse la otra persona.
Nunca te sientas ni mejor ni peor que nadie por creer que tienes la solución a un problema o por creer que sabes más que nadie.
Debes respetar el proceso de cada persona. Cada persona recorre su propio camino y lo que puedes hacer es ofrecerles tu ayuda y que si te necesitan o quieren algún consejo ahí vas a estar.
Sé tú el ejemplo. Recorre tu propio camino, cumple tus propias soluciones, cumple tu misión, ayuda a quien sí te pide ayuda e inspira a las personas que sí buscan tu inspiración. Solo así, quizás esa persona a la que quieres ayudar venga a perdirte ayuda o consejo.
Usa la ley del espejo la cual, en resumen, dice que lo que a ti te molesta o criticas de otra persona probablemente lo tengas que mejorar en ti. Es decir, tú quieres cambiar a alguien a toda costa, pero en realidad a quien tienes que cambiar y a quien tienes que ayudar es a ti mismo.
Una de las armas que utiliza tu mente para que te quedes en tu zona de confort es que veas el problema en los demás para que no veas el problema que tú tienes.
Mira el vídeo hasta el final para conocer en detalle estas cuatro claves antes de querer cambiar a las personas de tu entorno.
Comparte este vídeo con aquellas personas que siempre estén queriendo ayudar a los demás cuando en realidad igual a quien tienen que ayudar es a ellos mismos.
Descubre cómo ayudar a cambiar a una persona que no quiere hacerlo
¿Alguna vez has querido ayudar a otra persona pero la cosa ha salido mal? ¿Has creído que tú tenías la solución que podía resolver su problema, pero aun así has causado el efecto contrario y lo has estropeado aún más? ¿O has querido cambiar o ayudar a un miembro de tu familia, a un hijo, a una pareja, y, de nuevo, este no te ha hecho ningún caso?
Tema superimportante el que vamos a tratar en este capítulo y que, para serte sincero, a mí me ha causado mucho sufrimiento, ya que, por desconocer lo que te voy a enseñar a continuación, en el pasado yo he tenido muchísimas discusiones con miembros de mi equipo, con parejas, con amigos, con miembros de mi familia... En definitiva, cuando aprendí las cuatro claves que te voy a enseñar a continuación, dije: «¿Cómo es posible que no me haya enseñado nadie esto antes?».
Así que, vamos con ellas.
Clave #1. Tú no puedes ayudar a nadie que no te haya pedido ayuda
Te repito: tú no puedes ayudar, tú no puedes cambiar a nadie que no te haya pedido ayuda.
Y si lo haces, lo más probable es que lo estropees, es decir, que pierdas tu energía y que le hagas a él perder energía, que te enfades tú y que le enfades a él.
En definitiva, esto es como una ley universal, tú no puedes ayudar a nadie que no te haya pedido ayuda. Y ¿por qué? Pues para responder a esto, debo explicarte la clave número dos.
Clave #2. Cada persona tiene su proceso y tú debes respetarlo
Es decir, cada persona está recorriendo su camino y tú no eres ni mejor ni peor que nadie por creer que tienes la solución. O por creer que sabes más que otra persona.
Por ejemplo, imagina que un padre quiere cambiar a su hijo porque su hijo quiere ser pintor, eso es lo que le apasiona. Pero el padre cree, desde su perspectiva, tener la solución y cree que lo mejor para su hijo es que tenga un puesto específico de trabajo, que según él va a ser lo más seguro para su hijo. Y constantemente le está diciendo a su hijo que deje la carrera de pintor, que lo que debe hacer es tener este puesto de trabajo. ¿Qué crees que ocurriría? Efectivamente, el padre perdería energía, el padre se enfadaría y al hijo le haría perder energía al tener que estar soportando todas esas críticas; le haría enfadarse, le haría sentirse mal con su padre...
En definitiva, debes respetar a las personas, debes respetar que están en su propio camino, debes respetar que están en su propio proceso. Y lo máximo que puedes hacer es ofrecerte, decirles que si quieren ayuda que ahí vas a estar tú, que si quieren consejo que ahí vas a estar tú. Y ya está.
Y entonces te aconsejo que apliques la clave número tres. ¿Y cuál es esta clave? La única manera de poder cambiar a alguien es usando esta clave. Y es la siguiente:
Clave #3. Si quieres ayudar a otro sé tú el ejemplo
Es decir, lo único que puedes hacer es cumplir tú con tu propio camino, cumplir tú con tus propias soluciones, cumplir tu misión, ayudar a las personas que sí que te piden ayuda, inspirar a las personas que sí que vienen a que tú las inspires.
Y de esta manera, quizás –y repito–, solo quizás, puede que esa persona a la que ahora quieres ayudar, puede que esa persona a la que ahora quieres cambiar venga a pedirte ayuda, venga a preguntarte cómo lo haces, venga a pedirte consejo.
Y última clave, para mí quizás la más importante,
Clave #4. Usa la ley del espejo
La ley del espejo, la cual explico en profundidad en mi libro El Cómo del Éxito™, en resumen viene a decir que lo que a ti te molesta de otra persona probablemente tú lo tengas que mejorar en ti. En definitiva, si tú estás cegado queriendo cambiar a alguien, queriendo ayudar a alguien, incluso enfadándote, lo más probable es que al único que tengas que cambiar, al único que tengas que ayudar sea a ti mismo. Profundo, ¿verdad?
Por ejemplo... Te pondré un ejemplo muy simple, muy sencillo. Hace unos años, cuando yo nunca había emprendido (sí que tenía conocimientos pero nunca lo había hecho), lo que hacía era intentar ayudar a personas en sus emprendimientos, lo que hacía era intentar convencer a personas para que emprendieran conmigo. Les daba consejos, les intentaba cambiar algunos hábitos que tenían a la hora de emprender porque yo creía que tenía su solución. Pero adivina qué ocurría. Efectivamente, a la única persona que tenía que ayudar era a mí mismo. Porque yo, en realidad, tenía miedo de emprender, yo en realidad tenía miedo de poner mi dinero en un proyecto. Y por eso estaba intentando ayudar a otras personas. Digamos que tu mente, una de las armas que utiliza es intentar que veas el problema en los demás para no ver el problema que tú tienes; para que tú, como ya sabes, como siempre te explico, te quedes en tu zona de confort, porque esa es su función.
Así que, la próxima vez que te sientas mal por querer ayudar a alguien, por querer cambiar a alguien pero no poder, piensa en estas cuatro claves que te acabo de dar.
Primero: por norma general, entre personas adultas, tú no puedes ayudar a nadie, tú no puedes cambiar a nadie que no te haya pedido ayuda. Segundo: respeta el proceso de cada persona. Tercero: sé tú el cambio que quieres ver en el mundo. Y cuarto: mira el espejo que te está haciendo esa persona.
Espero que te haya gustado este episodio. Si es así, ahora mismo puedes hacer dos cosas para seguir avanzando hacia tu máximo éxito. En primer lugar, puedes suscribirte aquí a mi canal de YouTube, para ser el primero en recibir todos mis vídeos y transformar así tu vida. Y, en segundo lugar, si aún sigues sin conocer cuál es tu pasión, qué es eso que amas hacer, he creado un entrenamiento gratuito para ti, llamado «Las 10 Incógnitas de tu Vocación», que incluye también un ebook totalmente gratuito; ya que, como sabes, esta es la premisa fundamental del éxito. Si quieres triunfar, debes estar dedicándote a esa que sea tu vocación, debes estar dedicándote a esa que sea tu pasión. Así que, descarga ahora este entrenamiento y encuéntrala.
Eso es todo, nos vemos pronto, y recuerda: haz lo que has venido a hacer, no dejes que nadie escriba tu camino por ti y crea tu éxito hoy.